¿Suspender el adelantamiento de elecciones? El insólito plan kirchnerista para evitar la paliza de Junio

La reunión fue más breve de lo esperado. Néstor estaba inquieto y no dejaba de mover la cabeza para un lado y para el otro, como negando algo que aún no se había comentado. Nadie en el lugar se atrevió a emitir sonido alguno, temiendo el típico maltrato que suele caracterizar al ex presidente de la Nación.

Y apareció entonces el comentario que todos esperaban y nadie esperaba: «Tenemos que suspender las elecciones de junio», dijo Néstor.

Nadie atinó a comentar nada y el silencio de unos pocos segundos pareció una eternidad. Otra vez insistió el ex mandatario: «hay que suspender lo del 28 de junio, muchachos».

Algunos habían creído que se trataba de un mal chiste, pero Néstor jamás hace bromas y ellos lo sabían. El primero en hablar fue un conocido subsecretario del Ejecutivo, íntimo del matrimonio Kirchner en sus días de gobierno en Santa Cruz: «¿Vos estás hablando en serio? sabés que sería un gran papelón si nos echamos atrás después de todo el quilombo que armamos», dijo tajante.

«Mirá esto», aseguró retóricamente Néstor, mientras mostraba lo que parecían ser resultados de encuestas efectuadas en las últimas semanas. «Estamos cayendo todas las semanas y el colorado hijo de puta crece cada vez que hay un nuevo hecho de inseguridad. Para junio tenemos una proyección de no más del 20%», agregó encolerizado el ex presidente. Su esposa Cristina escuchaba en completo silencio, como siempre.

«Yo no estoy de acuerdo, es preferible en ese caso apelar al Plan B», retrucó el funcionario santacruceño.

El diálogo, real en un 100%, ocurrió hace unos días en la Quinta de Olivos, entre Néstor Kirchner, su mujer, la mandataria Cristina ídem, y media docena de funcionarios de confianza de la pareja presidencial. Allí se evaluaron los resultados de dos importantes encuestadores y se propuso de manera inédita la posibilidad de suspender las elecciones de junio próximo.

Ah! También se habló del Plan B, pero… ¿Qué es el Plan B?

Soldado que huye sirve para otra guerra

El día 25 de marzo de 2009, Tribuna de periodistas anticipó en exclusiva que importantes dirigentes del kirchnerismo habían planteado la posibilidad de irse del poder antes de las elecciones de junio de 2009 (1). Se aseguró entonces que «los Kirchner saben que en las próximas elecciones les va a ir muy mal, y por consiguiente, se les hará prácticamente imposible seguir manteniendo la escribanía del Congreso Nacional«, motivo por el cual empezaron a evaluar la posibilidad de fugarse del poder antes de junio.

La versión fue ganando fuerza, gracias a la infidencia de importantes fuentes de información oficial, y comenzó a circular por los despachos de diversos medios de comunicación. Por caso, el sitio La Política Online, publicó hace unas horas que «el kirchnerismo finalmente aceptó que puede perder la elección y entonces ahora buscaría postergar lo más posible el comicio. las versiones van desde la aparición de un fallo judicial salvador que declare inconstitucional el anticipo, hasta directamente un discurso de la Presidenta anunciando que lo pero de la crisis ya pasó y entonces es bueno ahora volver a postergalas, para concentrarse en generar trabajo, producción, etc».

Sea como fuere, lo cierto es que el oficialismo hoy se encuentra en medio de una trampa de la que no puede salir. A pesar del uso y abuso de recursos -incluyendo la utilización de empleados estatales-, de los piqueteros rentados, del oscuro pacto con Hugo Moyano, de la «expropiación patriótica» de fondos públicos, de las operaciones de prensa contra la oposición, de la cooptación de medios estatales -Agencia Télam, Radio Nacional, Canal 7- y privados -diarios El Argentino, BAE, Diagonales, Miradas al Sur y Página/12, revistas Veintitrés, 7 Días, Newsweek, Radios 10, Del Plata y América, Canal C5N-, del azuzamiento de un eventual caos a futuro, y otros tantos «manotazos de ahogado», el kirchnerismo desciende día a día en las encuestas.

Y es que, todo lo que otrora servía para engañar a la sociedad y hacer creer que se gobernaba en favor del pueblo, hoy ya no alcanza. Muchos se preguntan aún adónde están los fondos de Santa Cruz -sólo se repatrió una suma ínfima-, qué pasó con la célebre valija de Guido Antonini Wilson y hasta por qué los Kirchner han acopiado tanto dinero en su «progresista patrimonio».

Hay quienes aún creen -puerilmente- que el intento desesperado del matrimonio gobernante por seguir en el poder obedece a un interés noble en mejorar las condiciones sociales de los argentinos. Lamentablemente, esto no es así. El gran temor de los Kirchner tiene que ver con los desaguisados cometidos, los cuales, indefectiblemente, pueden llevarlos tras las rejas, especialmente si pierden el poder que hoy ostentan.

Ha sido tan alevoso el método de otorgar concesiones a sus amigos-socios-testaferros, que ni siquiera hace falta una exhaustiva indagación por parte de fiscal alguno a efectos de detectar los ilícitos cometidos en nombre de un supuesto progresismo que nunca fue.

Este, mal que le pese a más de uno, es el real motivo por el cual los Kirchner han comenzado a plantear la idea de dejar el poder más temprano que tarde.

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