Enciclopedia Gato Montes

Home / Enciclopedia Gato Montes

Carnívoro de la familia de los felidos; mide de 75 a 85 cm. de longitud, más 35 de cola, y unos 35 a 40 cm. de alzada. Posee un pelaje espeso, largo, gris, con rayas oscuras. La cola. con anillos negruzcos, presenta un grosor uniforme en toda su longitud. Vive solitario en los bosques. Habilísimo trepador, devora aves y pequeños mamíferos.

Entre los felidos de la Patagonia, el primer lugar le corresponde al GATO MONTES (Felis sylvestris), una de las dos especies de esta familia que aun no se ha extinguido. Durante mucho tiempo el gato montes fue considerado como el antecesor de nuestro gato domestico, pero observaciones mas rigurosas no confirmaron esta hipótesis. En efecto, el gato montes alcanza casi las dimensiones del zorro; por lo tanto, es mucho
mayor y robusto que el gato domestico, del que se diferencia por el pelaje, que es mas espeso; los bigotes, mas abundantes; la mirada, mas salvaje, y la dentadura, mas robusta. Además su cabeza es mayor, el cuerpo mas tosco, la cola esplendida y bastante mas gruesa y ligeramente mas corta que la del gato domestico.

Aunque no puede decirse que, en otras circunstancias, estas especies vivan en armonía. Pero lo que es evidente es que se han cazado muchos ejemplares que se consideran híbridos de ambas especies.
Cuando espera el nacimiento de la prole, este fétido busca una madriguera o un refugio entre las rocas o en el hueco de un árbol, donde vienen al mundo los pequeños, en número de cinco o seis y con los ojos cerrados. Terminada la lactancia, la madre les proporciona ratones y otros roedores, topos y pajarillos.

El gato montes, herido o amenazado por algún peligro, se muestra cobarde, extremadamente prudente y sólo pare ce importarle evitar la muerte a cualquier precio. En tales casos, ni siquiera la madre defiende a sus pequeños y sin dudarlo los abandona a su destino.
Domesticar un gato montes es una empresa ardua que requiere los máximos cuidados y atenciones, sobre todo porque es difícil conseguir que estos animales sobrevivan y acepten los alimentos que se les proporciona, acostumbrados como están a la vida en libertad y a la alimentación que se procuran con la caza.

La presencia del hombre les inquieta sobremanera, mientras que si están solos juegan como gatos domésticos.
Estos félidos, cualquiera que sea su edad, son siempre muy exigentes en cuanto a la comida. Incluso en cautividad prefieren ratones y pequeños pájaros; beben gustosamente la leche y rechazan decididamente la carne de caballo; si sólo son alimentados con carne de buey o de ternera mueren al poco tiempo. Su rarísima presencia en los zoos es la consecuencia de las dificultades de su cría.

De los gatos monteses propiamente dichos hay que distinguir los gatos domésticos que se han acostumbrado a la vida salvaje y que algunas veces se encuentran en los bosques: estos gatos no alcanzan nunca las dimensiones del auténtico montes, aunque sean bastante mayores que los domésticos.
Las colas de estos dos gatos son muy distintas: la del gato montes presenta un grosor uniforme y parece como si hubiera sido cortada, mientras que la del domestico se estrecha gradualmente y es mas larga. Otras características del gato montes son: cola tupida y con anillos negros, mancha blanquecina en la garganta y planta de los pies de color castaño oscuro o negro. El pelaje es espeso y largo, gris rojizo y a veces, en la hembra, gris amarillento; el hocico es de un tono ocre, y la piel de la nariz de color carne.
De la frente parten cuatro rayas negras que pasan entre las orejas: las dos centrales se prolongan en el dorso, reuniéndose para formar una banda negra que recorre la línea dorsal; de ella salen, hacia los lados, rayas transversales no muy claramente dibujadas y bastante mas oscuras, que se dirigen hacia el vientre, que es amarillento y manchado en negro.

Las patas presentan escasas rayas transversales negras, y la planta del pie es muy oscura. La cola esta adornada por tres o cuatro anillos negruzcos; los ojos son amarillos, y las orejas gris herrumbre en la parte exterior y blancuzcas en la interior.